Reflexiones de un viajero en pause

Viajes de aventura, de negocios, por una semana, por placer. Viajes en tour, en carpa, a dedo. Viajes de reencuentro.

El hombre desde sus orígenes se desplazó a través del planeta gracias a un motor ajeno a la razón: la curiosidad. Hoy en día debe existir un motivo para viajar. La sociedad moderna exige a cada uno de sus integrantes ser útiles. Fuera del tiempo, donde a través de esa utilidad generan productividad, aparecen los viajes. Las vacaciones y escapadas de fin de semana, encuentran su justificación en permitir salir por un tiempo limitado al individuo de ese rol de ser productivo. Sin embargo, en los tiempos que corren, hay más personas que se animan a las rutas sin la aparente seguridad de los 14 días anuales. Dejan todo, y sin más nada, recorren los caminos permeables a la hospitalidad de los pueblos, esa que el noticiero no les muestra. Duermen en bolsas de dormir, eligen transportes y alojamientos de bajo costo y se filtran en distintas culturas para entender cuáles son las pautas que permiten una convivencia sin malentendidos. El inevitable sincretismo sensibiliza, humaniza.

No intentan ir contra las reglas del juego, y más cuando el juego es tan grande que su incidencia sería mínima; llegan a creer que si se quedan sentados en su propio rincón del mundo, el futuro los podría alcanzar. Viajan y transforman en palabras lo que la conciencia les grita, transmitiendo sensaciones que te encuentran a vos, a mí…

Si un día te levantás con ganas de vivir en ese lugar cerca de la montaña que siempre soñaste, con recorrer el mundo sin calendarios o con intentar vivir a través de esa actividad que tanto te apasiona, soltá las amarras! Dejá que el viento te lleve por caminos con corazón que son los atajos hacia los sueños. Sé el propio cambio que querés para tu vida!

Dicen que todo viaje comienza con el primer paso. Yo pienso que cada paso es el comienzo de un gran viaje. Hoy empezó a cambiar.

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